Perspectivas económicas de América Latina 2020

24 / 02 / 2021

TRANSFORMACIÓN DIGITAL PARA UNA MEJOR RECONSTRUCCIÓN

Las Perspectivas económicas de América Latina analizan cuestiones relativas al desarrollo sostenible e inclusivo en América Latina y el Caribe (ALC). Desde su primera edición en noviembre de 2007, este informe anual compara el desempeño de América Latina y el Caribe con el de otras regiones, analiza los principales retos en materia de
desarrollo y plantea recomendaciones, experiencias y buenas prácticas para la elaboración de políticas públicas.

Las Perspectivas económicas de América Latina se benefician de los conocimientos especializados y las contribuciones de los coautores. Desde 2011, este informe se publica de forma conjunta con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas. En 2013, se incorporó al equipo de autores el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Y desde 2018, la Comisión Europea pasó a ser uno de sus principales socios.

Esta decimotercera edición de las Perspectivas económicas de América Latina: Transformación digital para una mejor reconstrucción aborda el papel de la transformación digital como herramienta para fomentar el desarrollo en la región, en particular en el contexto de la actual crisis provocada por el coronavirus (Covid-19). El documento hace hincapié en la necesidad de un planteamiento integral, con planes nacionales de desarrollo (PND) que estén en consonancia con las agendas digitales y alianzas internacionales, de vital importancia para aprovechar los beneficios de la transformación digital. También recoge desafíos macroestructurales de esta región en la actual situación de pandemia y, para darles respuesta, insta a la adopción de medidas de alcance tanto nacional como internacional. Esta crisis sin precedentes llega en un momento de grandes aspiraciones y refuerza la necesidad de transformar el modelo de desarrollo de la región.

Innovación para el desarrollo en Iberoamérica mediante la cooperación Sur‑Sur y triangular

En el espacio iberoamericano se han promovido proyectos de innovación, sobre todo a través de medidas y proyectos de cooperación Sur‑Sur y triangular. Según los datos recogidos en la plataforma digital de cooperación Sur‑Sur y triangular, entre 2007 y 2017, los países iberoamericanos participaron en un total de 8.208 iniciativas, de las cuales más del 10% (840) conllevaron el intercambio de conocimientos y experiencias con un claro componente de innovación.

Recuadro 5.1.
Innovación para el desarrollo en Iberoamérica mediante la cooperación Sur‑Sur y Triangular.

En el espacio iberoamericano se han promovido proyectos de innovación, sobre todo a través de medidas y proyectos de cooperación Sur‑Sur y triangular. Según los datos recogidos en la plataforma digital de cooperación Sur‑Sur y triangular, entre 2007 y 2017, los países iberoamericanos participaron en un total de 8.208 iniciativas, de las cuales más del 10% (840) conllevaron el intercambio de conocimientos y experiencias con un claro componente de innovación (Gráfico 5.1).

De las 840 iniciativas de cooperación Sur‑Sur y triangular, el 30% se dedica a la innovación y el desarrollo (255), tiene un claro componente científico‑tecnológico y persigue una aplicación que genera valor económico. Otro 10.8% está vinculado al sector de las comunicaciones y responde a un claro patrón de adaptación a las transformaciones impuestas por la era digital. Sin embargo, es interesante observar que casi 6 de cada 10 de estas 840 iniciativas provienen de sectores relacionados con la innovación desde un enfoque más amplio y transversal. Este ha sido un rasgo distintivo de la cooperación Sur‑Sur y triangular durante más de una década en la región iberoamericana.




Cabe destacar, por ejemplo, que más de 100 iniciativas contribuyen al desarrollo sostenible mediante la adopción de nuevas técnicas, modelos de gestión o procesos que permiten la transformación del sector agrícola para mejorar sus niveles de productividad, pero también para adaptarlos a los desafíos que plantea el cambio climático y la mayor frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos. Asimismo, el 8.9% corresponde a innovaciones que fortalecen las instituciones y las políticas públicas a través de la digitalización de la administración, gobierno electrónico y la implantación de sistemas de información y macrodatos. Otros procesos de innovación actúan sobre el medioambiente (el 5% de las iniciativas), principalmente a partir de la adopción de tecnologías y herramientas de mitigación y adaptación al cambio climático.

Por último, cabe señalar que algunas iniciativas contribuyen a modernizar el sector industrial (5%); otras se sitúan en el ámbito de la educación (mediante la adopción de nuevos enfoques de aprendizaje), salud (nuevos tratamientos, telemedicina y avances en biotecnología), abastecimiento de agua y saneamiento (nuevas técnicas de tratamiento de agua y su gestión). Además, algunas iniciativas están relacionadas con otros servicios y políticas sociales (transferencias de estrategias, modelos y programas que transforman la realidad social).

Las evidencias sistematizadas a lo largo de los años muestran que la cooperación Sur‑Sur y triangular constituyen potentes herramientas para promover la innovación a través del intercambio de conocimientos adaptados al contexto local y, por tanto, son más eficaces y eficientes, no solo dentro de la región iberoamericana sino también con otras regiones. En este marco, la SEGIB y la Unión Europea han establecido una alianza estratégica para fortalecer un modelo innovador de cooperación triangular en el marco del Desarrollo en Transición. La innovación, entendida en su concepto más amplio, es sin duda un elemento clave para el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, promovida por la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, bajo el lema “Innovación para el desarrollo sostenible”. En este sentido, el concepto de innovación va más allá de lo estrictamente científico y tecnológico y entiende la innovación como “todo cambio (no necesariamente tecnológico) basado en el conocimiento (no necesariamente científico) que genera valor (no solo económico)” (SEGIB, 2020).

Fuente: Secretaría General Iberoamericana (2020).

Descargar el informe en formato PDF (pág. 258-261)

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